Reflexiones personales de "como reverti una mala experiencia, el día de hoy" A lo largo de la vida pasan muchos tipos de personas por nuestras vidas, unas muy buenas y otras no tan buenas que nos dejan un gran vacío en la vida por no saber enfrentarlos… Pero, ¿por qué lo permitimos? Por humildad, porque no sabemos ser como ellos, no podemos ser altaneros, no queremos más gloria que la que Dios nos da… Pero este tipo de personas viven para sí mismos, y si están cerca de nosotros nos contaminan. Las personas que viven para sí mismos son seres de muy baja estima personal, y siempre necesitan de aliados para sentirse seguros en su entorno. Estamos hablando de personas envidiosas. Las personas envidiosas no soportan aquello que nos rodea, nuestros logros, nuestros amores, lo detestan todo. Y por ello, sumidos en sus envidias, se dedican a hacernos la vida imposible y a manipularnos para que nos sintamos culpables de cosas que realmente no son ciertas. ¿Cómo detener estos ataques? Con humildad, hace poco hablando del tema, Diego mi hijo, me decía que había que respirar profundo. Sí, hay que respirar profundo, y sentir como nuestro Señor nos llena de bondad y sabiduría y confiar que él sabe cuándo actuar y poner punto final a las cosas. Pero mientras estemos viviendo esa situación parece que nada nos ayudará, porque la envidia es algo muy contaminante, pero, nada puede con Dios que es quien nos protege de todas esas cosas, hay que aprender a estar a solas, y respirar muy fuerte, así las cosas se irán ordenando en nuestra vida. Y nunca olvidar cuan humilde fue nuestro Señor, seamos lo que él fue para el mundo, un ejemplo de humildad, ya llegará el tiempo en el que Dios ponga en su sitio a todos aquellos que ahora nos hacen tanto daño. Conformémonos con lo que tenemos, no queramos más porque eso nos volverá vacíos y banales. Valorar las cosas que tenemos fuera de nosotros, la naturaleza, los ríos, la buena música, una buena amistad, una conversación en la cual saldremos fortalecidos… No nos dejemos aplastar por ese tipo de gente que no sabe vivir. Enseñémosle, que con humildad, somos gente buena, tan Inteligentes o más que todos ellos, pero que preferimos callar y que Dios sea nuestro portavoz. La envidia es algo muy insano, alejémonos de los envidiosos, sigamos siendo las personas, buenas y sencillas. Dios nunca va a estar con los “genios”, siempre estará con el humilde y servidor, siempre estará para ayudar a quien caído se encuentre. Recordemos que sus mejores discípulos sólo fueron pescadores y personas sin estudios, él, sólo quería su corazón, no quería ni riquezas, ni mujeres u hombres ególatras, sólo personas dignas y sobre todo… ¡Humildes! Agosto de 2015 José Luís Cortazar Benítez

Comentarios

Entradas populares de este blog